Resumen
El Título IV de la Constitución Española se refiere al Gobierno y la Administración del país. Aquí se establece que el Gobierno tiene la responsabilidad de dirigir la política tanto a nivel nacional como internacional, así como la Administración civil y militar y la defensa del Estado. Además, ejerce la función ejecutiva y la potestad reglamentaria de acuerdo con la Constitución y las leyes.
El Gobierno se compone del Presidente, Vicepresidentes si los hay, Ministros y otros miembros según lo establecido por la ley. El Presidente lidera y coordina las funciones del Gobierno, aunque cada miembro tiene competencia y responsabilidad directa en su área. Los miembros del Gobierno no pueden desempeñar otras funciones representativas, públicas o profesionales que no estén relacionadas con su cargo, y sus incompatibilidades están reguladas por ley.
La elección del Presidente del Gobierno se realiza después de cada renovación del Congreso de los Diputados. El Rey, en consulta con representantes designados por los grupos parlamentarios, propone un candidato que debe exponer su programa político ante el Congreso y obtener la confianza de la mayoría absoluta de sus miembros. Si no se logra la mayoría absoluta en la primera votación, se realiza una segunda votación donde se requiere mayoría simple. Si no se obtiene la confianza en un plazo de dos meses, se convocan nuevas elecciones.
El Presidente nombra y separa a los demás miembros del Gobierno, y el Gobierno cesa en casos de elecciones generales, pérdida de confianza parlamentaria, dimisión o fallecimiento del Presidente, pero continúa en funciones hasta la toma de posesión del nuevo Gobierno. La responsabilidad criminal del Presidente y los miembros del Gobierno es exigible ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, bajo ciertas condiciones.
La Administración Pública actúa con objetividad y de acuerdo con principios como la eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación, y siempre se somete a la ley y el Derecho. Los funcionarios públicos tienen un estatuto regulado por ley, se accede a la función pública basado en méritos y capacidades, y se garantiza su imparcialidad en el ejercicio de sus funciones.
Las Fuerzas y Cuerpos de seguridad, bajo la dependencia del Gobierno, tienen como misión proteger los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana, y su funcionamiento se rige por una ley orgánica. La ley también regula la participación ciudadana en el proceso de elaboración de disposiciones administrativas, el acceso a archivos y registros administrativos, y el procedimiento para los actos administrativos.
El Consejo de Estado actúa como el órgano consultivo supremo del Gobierno y su composición y competencias están reguladas por una ley orgánica.
Historia mnemotécnica para ayudarte a recordar los puntos clave de este texto:
Imagina que estás en un país llamado “Constituciolandia”. En Constituciolandia, hay un gobierno que está a cargo de dirigir todo, desde la política hasta la defensa del país. Este gobierno es como un equipo de fútbol, donde el Presidente es el capitán y los Ministros son los jugadores. Cada uno tiene su posición en el campo y su función específica.
Cuando es hora de elegir un nuevo capitán para el equipo, el Rey de Constituciolandia convoca a todos los fanáticos del fútbol (los representantes de los grupos políticos) y les pide que propongan un candidato. El candidato debe presentar su estrategia de juego (programa político) ante la multitud en el estadio del Congreso. Si más de la mitad de los fanáticos (la mayoría absoluta) aplaude y apoya al candidato, se convierte en el nuevo capitán. Si no, vuelven a votar después de 48 horas, y esta vez solo se necesita la aprobación de la mayoría simple.
Pero, ¡cuidado! Si pasan dos meses y no hay un capitán elegido, el Rey organiza un gran torneo de fútbol (nuevas elecciones) para que los equipos compitan y elijan un nuevo líder.
Mientras tanto, el Presidente puede nombrar o cambiar a los jugadores en su equipo, pero si algo sale mal, los fanáticos pueden llevarlos ante el árbitro (la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo).
Además, en Constituciolandia, la Administración Pública es como un reloj suizo, siempre eficiente y obedeciendo a las reglas. Los funcionarios públicos son como relojeros expertos que trabajan con precisión.
Las fuerzas de seguridad, como los defensores en el campo de fútbol, protegen a los ciudadanos y aseguran que el juego sea justo. Y, por supuesto, el Consejo de Estado es como el entrenador principal que asesora al equipo de gobierno.